Viaje en litera. Litografía de Claudio Linati (1828).
Intereses
económicos, científicos y políticos, además de turísticos, destacan entre
los motivos que impulsaron a los viajeros extranjeros a visitar México durante
el siglo XIX.
Tomando en
cuenta las incomodidades y los peligros que en aquellos años significaba
cualquier recorrido por el territorio nacional, debido a los malos caminos,
pésimos hospedajes, falta de alimentos y abundancia de aduanas, alcabalas y bandidos, además
de que gran parte del siglo lo pasó el país en estado de guerra, sería ingenuo
pensar que muchos de estos personajes expusieron su seguridad y comodidad sólo
por el gusto a la aventura o por el puro placer de viajar.
El interés científico de Alejandro de Humboldt
Si por sus
obras se conoce a las personas, nadie dudaría que el principal interés que guió
al alemán Alejandro de Humboldt en su fructífero recorrido por México en 1803
fue el conocimiento científico. Así lo demuestra, entre otras obras, su Ensayo Político Sobre el Reino de Nueva
España (1822).
Otro viajero
que manifestó intereses principalmente científicos fue el estadounidense John
Stephens, quien en 1841 recorrió la Península de Yucatán para estudiar la
arqueología de la región. Como resultado de ello escribió Incidentes de viaje en Centroamérica, Chiapas y Yucatán.
Objetivos económicos de los ingleses
En los
albores de la Independencia visitaron México varios extranjeros, entre otros,
el capitán George Francis Lyon, de la Marina Real Inglesa, con el fin
específico de expandir los negocios de su país, especialmente los mineros.
Basil Hall y William Bullock pertenecieron a este grupo de viajeros,
interesados básicamente en cuestiones económicas.
Motivos políticos de estadounidenses
y franceses
En los
primeros años del México independiente vinieron también extranjeros motivados
por cuestiones políticas, como el estadounidense Joel R. Poinsett, quien
observó cuidadosamente el territorio nacional, describiendo incluso las
bellezas naturales del mismo, pero mostrando siempre especial interés por
asuntos relacionados con los territorios que años más tarde se anexarían a su país.
Otro
extranjero que vino a México con fines de conquista fue el francés Ernest
Vigneaux, quien en 1854 participó en la expedición del conde de Raousset et-
Boulbon que pretendía apoderarse de Sonora y declararla territorio
independiente.
Beltrami y Ampere, entre los turistas
declarados
Finalmente,
hubo viajeros que reiteraron abiertamente su condición de turistas como el
italiano Giacomo Constantino Beltrami, quien visitó México en 1822 “por el puro interés de conocer países
extranjeros aún no pervertidos por la civilización”.
A este mismo
grupo pertenece el historiador Jean Jaques Antoine Ampere, del Colegio de
Francia, quien en viaje de recreo visitó México en 1852, después de haber
viajado con el mismo afán a Egipto.
Imagen: Litografía
de Claudio Linati (1828). Gran Historia
de México Ilustrada. Edit. Planeta (2002).
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