viernes, 31 de agosto de 2012

Principio y fin del burro en México


Con el desarrollo de los modernos medios de transporte y la consecuente desaparición de la arriería, los burros se han quedado sin actividad productiva en México, razón por la cual se encuentran en peligro de extinción. La última estimación habla de apenas medio millón de asnos en el país, cuando hace dos décadas sumaban el triple. De ahí que se piense en crear refugios de burros como el que ya funciona en Otumba, Estado de México, para su rescate y preservación.
Fue el navegante Cristóbal Colón quien en 1495 introdujo en América los primeros burros: cuatro machos y dos hembras, y dada su gran aceptación, sobre todo entre los indígenas, muy pronto se propagó la especie por todo el continente, propiciando además con sus cruzas el aumento del ganado mular.
El asno fue realmente un benemérito de los indígenas, al venir a relevarlos como tamemes o cargadores, ya que en tiempos prehispánicos no existían bestias de carga en el país, aunque hay quien asegura que para ello se utilizaban perros; si así fuera, ¿cuánto podían cargar?, peor si eran “chihuahueños”.
El caso es que los burros, tras de recorrer durante más de cuatro siglos los caminos de México, están a punto de desaparecer como medio de transporte, y de este modo, pronto los veremos sólo como mascotas de lujo para halagar al turismo en zoológicos y ranchos ganaderos del país.

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