Tan pronto como
se consumó la conquista de la gran Tenochtitlan, en 1521, Hernán Cortés dispuso
la construcción del camino México-Veracruz para facilitar el tránsito a los
tamemes o indios cargadores de a pie y a las primeras recuas de caballos, y
diez años después, con Sebastián de Aparicio, a las primeras carretas o carros
de América.
De igual
manera, en 1523, Cortés ordenó la apertura de un camino a Tampico, en cuyo
puerto mandó instalar el primer muelle que hubo en la Nueva España, y al año
siguiente emprendió su viaje a Las Hibueras, donde levantó puentes para cruzar los
ríos. Estas obras, conocidas como “Puentes de Cortés”, aún funcionaban 50 años más
tarde.
Antonio de Mendoza abre comunicación
al Occidente
Por su
parte, el primer virrey, Antonio de Mendoza, también demostró interés en la
apertura de caminos. El primero que abrió fue el de México hacia el Occidente,
por la ruta que habían seguido Nuño de Guzmán y Cristóbal de Olid, al emprender
la conquista de esta región.
Durante el
gobierno de Mendoza se construyeron además los caminos de México a Acapulco, a
Oaxaca, Tehuantepec y Huatulco; a Michoacán, Colima, Jalisco y el Pánuco, y a
los minerales de Taxco y Sultepec, aparte de mejorar el que ya había entre
México y Veracruz.
Apenas había
tomado posesión de su cargo, en 1535, Mendoza mandó construir el camino de
México a Guadalajara, que luego continuó por San Juan de los Lagos el virrey
Manrique de Zúñiga. En 1542, Sebastián de Aparicio abrió la ruta a Zacatecas. En 1590, el
virrey Luis de Velasco, hijo, continuó la construcción del camino México-Acapulco,
que había iniciado Mendoza.
Impulso a la construcción de caminos
en el siglo XVIII
El camino de
México a Cuernavaca, iniciado por Mendoza y continuado por Velasco, fue
ampliado en 1717 por el conde de Moctezuma y Tula. En ese mismo año se habilitó
el de Guadalajara-Lagos para el tránsito de carretas.
En 1720, don
Felipe Orozco abrió el camino de Durango a Chihuahua, que el virrey conde de
Revillagigedo continuaría más tarde de Chihuahua a Santa Fe; en 1750, el
próspero minero de Taxco, don José de la Borda, mejoró el camino de Acapulco,
por Chilpancingo; en 1760, don José de Escandón inició al norte de Querétaro la
ruta de San Luis Potosí a Monterrey, y en 1768, don Manuel Mascaro construyó la
de México a Valladolid (hoy Morelia).
No obstante
los esfuerzos de particulares y de algunos virreyes, como los ya mencionados, por ampliar la red carretera de la Nueva España, todavía a
fines del siglo XVIII predominaban los caminos de herradura, por donde
transitaban las recuas de mulas, asnos y caballos.
Diligencias a Guadalajara y Veracruz
desde 1794
En 1794 se
concedió permiso para establecer dos líneas de diligencias, una con viajes
semanarios entre México y Guadalajara, pasando por Querétaro, y la otra de
México a Veracruz.
El virrey
Antonio María de Bucareli y Ursúa impulsó también las obras camineras, igual
que los virreyes Revillagigedo y José de Iturrigaray.
Alejandro de
Humboldt, al referirse a los caminos de principios del siglo XIX, decía con
admiración que se podía hacer un viaje en carruaje desde la capital de Nueva
España hasta Santa Fe, Nuevo México.
Obra consultada:
Heriberto García Rivas. Dádivas de México
al mundo. Ediciones Especiales de Excélsior, Cia. Editorial, S.C.L. México,
1965.
Artículo relacionado:
http://arrierosdemexico.blogspot.mx/2013/04/los-viejos-caminos-reales.html
Extraordinaria información de lo que fueron los antiguos caminos de México.
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