Extracción del chicle (Imagen: José Carlo González. La Jornada).
Así como surgieron
los arrieros neveros en el Valle de México, los mineros en Zacatecas, los tequileros
en Jalisco, los tabaqueros en Veracruz y los madereros en Chihuahua, por
mencionar algunos ejemplos, también prosperaron los chicleros en el Sureste
mexicano, donde se produce la goma de mascar.
En su obra Tribus y templos (1926), los
exploradores Frans Blom y Oliver La Farge, danés el primero y estadounidense el
segundo, que viajaron por el Sureste para estudiar la cultura maya, ilustran
sobre el proceso de extracción del chicle, su transporte y los riesgos que afrontaban
los arrieros dedicados a este comercio:
Con frecuencia veíamos árboles de
chicle y la actividad de quienes los explotaban. Chicle es el nombre de la
materia prima con que se fabrica la goma de mascar y se obtiene de un árbol
llamado chicozapote, el cual se encuentra únicamente en [esas] selvas… Es un
árbol alto de madera muy dura, tanto que cuando se seca no le puede penetrar un
clavo. Los antiguos mayas usaban esta madera para dinteles y cornisas de sus
templos. La goma de estos árboles se usaba como ofrenda para sus dioses. Esta
savia la extraen los chicleros o chupadores del chicle. Se suben el árbol con
la ayuda de escalas como las que usan quienes instalan los postes telegráficos.
Con machetes hacen heridas en zigzag
en la corteza del árbol. La savia blanca que mana de estas cortadas se colecta
en pequeñas bolsas fijadas al pie del tronco. Parece fácil y simple, pero
cuando uno observa a estos hombres cómo ponen su vida en peligro, la historia
es muy diferente […]
Cuando el chiclero ha llenado sus
bolsas con la goma blanca, la reduce por medio de cocción en pequeños moldes y
finalmente la junta toda para formar un pedazo de 50 kilos, de un color café
oscuro. Al hervirlo le agregan todo género de objetos para que aumente su peso.
Afortunadamente, la goma llamada cruda se limpia y esteriliza con cuidado antes
de que salga al mercado. Dos pedazos
hacen la carga de una mula. Desde el campo del colector estos bloques se
transportan a través de los ríos. A menudo se requieren días y semanas para
viajar sobre caminos donde las pobres mulas van hundidas en el lodo hasta sus
barrigas. Algunas veces los bandidos interfieren los caminos con sus recuas de
20 o 30 mulas, al final desaparecen mulas y chicle, sólo quedan chicleros muertos,
mudos testigos de lo que sucedió.
El proceso
de extracción comercial del chicle empezó a finales del Siglo XIX, aunque el
auge se dio durante la Primera Guerra Mundial, cuando su consumo se expandió
por todo el mundo. Hasta 1964, México fue el primer productor mundial de goma
natural, sitio que perdió al aparecer las gomas sintéticas, derivadas del
petróleo. Actualmente sólo el 2 por ciento de la producción mundial de chicle
proviene de goma natural.
o me gustan las istorias de arrieros mis avuelos fueron arierros traivan tequila o tepe conpravan ganado de la sierra desian que se hivan de viage y duravan meses pero tanvien fueron asaltados
ResponderEliminarGracias por tu comentario, tocayo. Comparto contigo el gusto por las historias de arrieros, también por motivos familiares y además por su destacada contribución en el desarrollo económico, político y social de México. Un abrazo.
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